No me da mucha emoción el Giro de Italia que empieza este sábado en la costa de los Abruzzos, y no tanto porque no haya un colombiano presto para luchar por la victoria. El Giro, aunque tiene algunos elementos intrigantes, no parece estar muy abierto como era su tradición. Y luego de algunos ganadores que fueran, em, no tan destacados, parece que la apuesta de RCS por traer a una superfigura se trastocó en dejar la carrera solo para esa superfigura.
Por supuesto, hablamos de Remco Evenepoel, que con 22 años y la camiseta de campeón del mundo tendrá el número 1. Ahí ya vemos las aspiraciones de la organización con el vigente ganador de la Lieja-Bastogne-Lieja. El último corredor que ganó un Grand Tour de arcobaleno fue el gran Greg Lemond, en el Tour de Francia de 1990. A Remco lo apoyará en el Soudal-Quick Step una guardia pretoriana muy fuerte: Jan Hirt, sexto el año pasado; Mattia Cataneo, Josef Cerny y Pieter Serny serán los rivales.
Claro, este dato hay que tomarlo con pinzas, porque muchos Mundiales se han definido al embalaje o han ido a clasicómanos, como los tres seguidos de Peter Sagan. Otros campeones del mundo han ganado con el arcoiris en la bocamanga, como Cadel Evans en el Tour 2011 o Abraham Olano en la Vuelta 1998. ¿Pero vigentes? Ese es terreno de Merckx.
El mayor rival de Remco será Primoz Roglic, que logró saldar con el Jumbo-Visma el liderazgo en el Giro y concentrar en Vingegaard la tarea de defender el título del Tour. El esloveno viene con la ventaja de haberle ganado (por dos segunditos) su último enfrentamiento a Evenepoel, la Vuelta a Cataluña, pero su equipo viene debilitado.
Se trata de un Jumbo que no contará por covid con Robert Gesink ni Tobias Foss, ni con Wilco Kelderman por una caída. Así, a Sepp Kuss le tocará multiplicarse en su labor de gregario en las montañas, mientras que Edoardo Affini y Jan Tratnik serán los principales apoyos de Roglic para buscar su primera vuelta de tres semanas fuera de España, donde se hizo a tres Vueltas consecutivas.
Un poco más atrás están Aleksandr Vlasov, que con el Bora busca defender el título de Jai Hindley, y un Ineos con dos ganadores de grandes vueltas como Geraint Thomas y Tao Geoghean-Hart. ¿Los colombianos? Aparte de un Rigo que puede tener la despedida de los grandes tours en Roma, y de un Movistar dividido entre las aspiraciones de ciclamino de Fernando Gaviria y las de victorias de etapa de Éiner Rubio, hay que destacar, y mucho, a Santiago Buitrago.
El joven bogotano llega con el histórico resultado de un podio en la Lieja, el primero de un sudamericano en 130 años (!) de competencia. Además ya sabe lo que es ganar en Italia, tras la etapa a la que se alzó en 2022. Buitrago cuenta con un Bahrain-Victorious que va a tener problemas para decidir cómo enfocar sus recursos: Jack Haig y Damiano Caruso también tomarán la partida en Fossacesia, por lo que el equipo naranja tendrá casi una “tricefalía”, con los malos resultados que indican de azul.
Los 3480 kilómetros del Giro tendrán un recorrido con algunos atractivos turísticos (la Costa Amalfitana es un espectáculo de talla mundial, y una meta con el Coliseo de fondo es tan emblemática como la del Tour con el Arco del Triunfo), y otros de alta montaña no tan dramáticos como siempre acostumbra. El Gran Sasso, un día apoteósico con Crans Montana y un plato muy pesado con las Tres Cimas de Lavaredo. Pero los días más definitivos serán los tres al cronómetro, donde Evenepoel descolla.
Desde la misma partida, 18 kilómetros entre Fossacesia y Ortona, podríamos ver al belga de rosa. Si no, el final de la primera semana, con una crono en Cesena de 30 kilómetros, es la siguiente gran oportunidad de Remco. La penúltima etapa, y último día competitivo, será con cronoescalada a un cerro de 14% en la frontera eslovena, algo que a Roglic puede darle flashbacks de la crono en la Planche des Belles Filles que le quitó el Tour 2021 ante Tadej Pogacar.
Ahora bien, las graves dificultades de Remco son enfrentarse a su tercera carrera de tres semanas (retiro en el Giro 2021 y victoria en la Vuelta 2022) y sus dificultades en el descenso. A Roglic, cómo lo afecta la edad, porque con 33 años ya está en el límite superior de los ganadores históricos de grandes vueltas, y si sufrirá la debilidad de su equipo sin Foss ni Gesink. Este sábado se empezará a escribir la historia.
Adenda. Pueden decir mucho los barranquilleros del interés de la FIA en un Gran Premio, pero ver que no pudieron con el proyecto de la Arena del Río es un duro golpe para sus aspiraciones. Más allá del impacto constructor o de remodelación requerido para la Fórmula 1, queda la duda de la capacidad de la economía colombiana (esto no es solo de Barranquilla, sería igual si les diera por proponer al Central Park de Bello o a un circuito urbano en el Parque Nacional) de sostener semejante inversión que se acerca a los 100 millones de dólares por año.
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