¿Un país de dopados?

La decisión del gobierno nacional de dejar de apoyar el Laboratorio de Control al Dopaje es un fuerte golpe al deporte colombiano, ya afectado por bastantes dudas sobre su limpieza.

Este lunes, un reporte de W Radio indicó que el Ministerio del Deporte suspendió el apoyo que se venía adelantando para acompañar a la Universidad Nacional en el montaje, acreditación y operación de un Laboratorio de Control al Dopaje. El laboratorio, según dijo en documentos revelados por la emisora la ministra María Isabel Urrutia, tiene “muy bajo impacto social y no mejora las condiciones de vida de los ciudadanos”.

A simple vista parece encomiable que, en un período de austeridad, se retiren cosas que no tienen un impacto social del presupuesto nacional. Ahora bien, ¿qué pasa con el deporte profesional? ¿Cómo puede asegurarse que un país que busca fortalecer su imagen frente al mundo a través de medallas, himnos y podios no se ensucia con cada aviso o investigación en la que se encuentran irregularidades?

Y no es que sean pocas. El mismo día que se anunció el levantamiento del apoyo oficial al Laboratorio, el equipo Astana anunció la desvinculación de Miguel Ángel López. El ciclista de Pesca está envuelto en una trama de tráfico de medicamentos en la que también aparece un nombre querido en el ciclismo colombiano a pesar de su sucio historial en España: el exdirector de equipo Vicente Belda, junto a su hijo del mismo nombre, que era masajista en el equipo kazajo.

Cabe recordar que Belda, que dirigió entre 2000 y 2006 el Kelme donde brillaron entre otros Santiago Botero, Óscar Sevilla y Alejandro Valverde, fue investigado en medio del descubrimiento de dopaje masivo en su equipo, como parte de la Operación Puerto en 2006. Tras dos años llegó a Boyacá, donde se convirtió en uno de los promotores del ciclismo boyacense y terminó impulsando las carreras de corredores como Nairo Quintana.

¡Ay, Nairo! El que puede argumentarse que fue el deportista más grande de la década del 2010 empieza el 2023 casado, pero sin equipo, debido a la aparición del potente analgésico Tramadol en su organismo en pleno Tour de Francia. Y López habría recibido una inyección de una hormona prohibida llamada menotropina, suministrada por Belda hijo en el inicio del Giro de Italia. “Supermán” habría tenido una reacción alérgica a la sustancia que motivó su retiro de la carrera rosa.

Podemos ir más allá, con los casos de pesistas Ana Iris Segura, Yenny Sinisterra y Juan Solís, positivos por boldenona y que estuvieron muy cerca de dejar a Colombia sin competencias de pesas en Tokio 2020 (y por ende, sin la medalla de plata de Luis Felipe Mosquera), los 37 casos de dopaje detectados en el ciclismo colombiano durante 2021 y las acusaciones reveladas en octubre al canal France 24 de sobornos a directivos para dejar pasar positivos.

Entonces, ministra Urrutia, tiene razón en que un laboratorio de dopaje en Colombia no es algo relevante para el bienestar de la mayoría de ciudadanos. Pero sí lo es para los deportistas que están a cargo de su cartera. Colombia fue el país con más positivos en su deporte insignia durante 2021, y quedó muy cerca de no poder enviar deportistas a la competencia donde la propia ministra ganó la primera medalla de oro para su país en su deporte. Si eso, para la persona que debe liderar la estrategia de competencias profesionales a nivel país, no es relevante, no sé qué lo pueda ser.

El único argumento válido que se me ocurre es que la Agencia Mundial Antidopaje no permite financiación directa del Estado para homologar un laboratorio. De ser así, sería conveniente que el propio Ministerio lo aclarara, en vez de escudarse en argumentos más bien populistas y que no concuerdan con los objetivos con los que se creó toda la parafernalia de un puesto en el gabinete para hablar de deportes.

Adenda: 2) Al final el Tour Colombia no se va a hacer en 2023 porque la devaluación del peso aumentó los costos un 20%. Personalmente, el impacto en turismo y medios europeos que lograba tener a corredores como Alaphilippe, Carapaz, Van Garderen y Aru compitiendo con los Egan, Higuita, Molano y Hodeg pesa. Otra cosa es tratar de venderlo en territorios como la Costa Caribe, con el debido respeto para los amigos lectores costeños, pero donde no hay interés comercial ni gubernamental y el deportivo es limitado…

Juan Manuel Reyes
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