Que no nos obnubilen las palabras de Rigo: la situación actual de los ciclistas colombianos no es tan buena como aparenta.
Este domingo se corrieron los Campeonatos Nacionales de ciclismo en Bucaramanga. La competencia tuvo a casi todos los ciclistas de talla internacional del país, con los nombres rutilantes de Nairo Quintana, Miguel Ángel López, Sergio Higuita defendiendo su título, Daniel Martínez y un sorprendente Esteban Chaves, que al final se alzó con la corona y defenderá la camiseta tricolor en el EF. Faltó Egan Bernal, acusando dolores de rodilla que lo sacaron de la Vuelta a San Juan que ganó ‘Supermán’.
Todo muy bien, pero hay un grave problema: excluyendo a Martínez e Higuita, no se vieron grandes figuras jóvenes. Y el que hizo caer en cuenta de esto fue el más veterano de todos los grandes nombres que hubo en la carrera Rigoberto Urán. En entrevista con Telemedellín, Rigo dijo, palabras más o menos, que después de la generación de Higuita y Egan no hay nadie.
¿Y no lo hay? Pues, con el dominio aplastante de Nairo y Egan en las montañas, no. La situación pinta parecida a la ocurrida cuando se acabó la generación de los Lucho Herrera, Fabio Parra, Óscar de J. Vargas y demás corredores de los Café de Colombia y Manzana Postobón de los años 80. Luego hubo ciclistas con mucho talento pero que no tenían el punto extra con sus rivales, y hoy parece estar pasando lo mismo.
Obviamente, es muy difícil comparar a un Éiner Rubio o a un Iván Sosa con los jóvenes maravilla Remco Evenepoel y Tadej Pogacar. Incluso a Egan queda la incógnita de cómo vuelve después de su accidente: se lo vio muy bien en el Alto del Colorado, pero los dolores de rodilla hicieron que no tomara la partida en Bucaramanga.
En la historia el ciclismo ha sido de rachas nacionales. Valga ver que uno de los centros históricos de las dos ruedas, los Países Bajos, no tuvo un ganador de grandes vueltas en 37 años: desde Joop Zoetemelk en 1980 hasta Tom Dumoulin en 2017. Francia no ha podido encontrar un ganador de Tour desde Hinault en 1985, aún teniendo corredores de gran categoría desde Jean François Bernard hasta Alaphilippe y Bardet.
Las rachas son así y muchas veces dependen de un nombre. Un ejemplo es España: entre 2006 y 2015, esa nación ganó cuatro Tours, tres Giros y cuatro Vueltas. Pero de estos números dos Tours, dos Giros y tres Vueltas pertenecen a un solo corredor: Alberto Contador. Lo mismo pasó con los británicos y las victorias de Chris Froome, y seguramente Pogaçar y Roglic opaquen en resultados a otros compatriotas como Matej Mohoric.
Algo más preocupante es el estado del ciclismo nacional en general. Que venga Supermán López con el rabo entre las patas a correr con el Team Medellín debería preocuparnos pero no es el quid del asunto. La ausencia del Tour Colombia por tercer año consecutivo también es un agravante, sobre todo si se tiene en cuenta cómo salió la gente de Bucaramanga (una de las ciudades opcionadas) a apoyar a los corredores en los campeonatos nacionales, en todas las categorías. Ojalá la terquedad de la Federación con insistir en hacerlo en la Costa no siga privando de este espacio a los equipos (y de vitrina a los corredores) colombianos.
Además el trabajo de base, con la notoria excepción de las fundaciones de Pablo Mazuera y Esteban Chaves, se nota cada vez menos en un deporte que por presiones globales se hace impagable para la “cantera” originaria: los campesinos de los pueblos de Antioquia y el altiplano cundiboyacense. ¿Se puede hacer más? Claro, pero para eso se necesita recursos y la Federación Colombiana de Ciclismo no parece estar encontrándolos.
Ese es el verdadero problema que indica Rigo. Puede que no estemos tan mal y que la racha nos traiga otro Egan. Pero tenemos que buscarlo y eso es algo que no parece ser del interés de las directivas. No puede quedarse la idea de que nuestra mayor vitrina sea el GW Shimano de Savio, quien tiene cariño por los ciclistas colombianos pero se irá cuando alguien pague mejor. Nairo, Chaves y Sergio Luis Henao salieron al tiempo del Colombia es Pasión. ¿Qué se necesita para volver ahí? Interés, seguramente.
Adenda: Sí, la F1 ya viene, pero no hay forma en que no lo aburran a uno las presentaciones de hoy en día, que son solo mostrar cómo quedan los stickers en el carro del año pasado.
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