Este miércoles se disputó la quinta etapa de un Tour de Francia que parecía tener a un Tadej Pogacar más sólido que su rival generacional, Jonas Vingegaard. El esloveno tenía a su favor muchos pequeños golpes, muchos segundos de bonificación y a un compañero, Adam Yates, alzado brillantemente en la primera etapa al liderazgo. Pero el danés y su superequipo tenían algo guardado para la primera etapa con una montaña propiamente dicha. Y qué montañas: Soudet y Marie-Blanque, dos de los altos icónicos de los Pirineos.
Pero retrocedamos un poco, al inicio de este Tour en el País Vasco. La carrera que arrancó entre txapeldunes y multitudes se benefició en los primeros tres días de recorridos muy buenos, con las pequeñas montañas de la Itzulia y la Clásica de San Sebastián brillando. Y eso propició una carrera maravillosa desde el inicio, con ataques como el de Pello Bilbao bajando el Jaizkibel o el trabajo a dúo de los gemelos Yates al entrar a Bilbao y disputar la primera etapa y el primer maillot amarillo.
Luego de esas dos etapas quedaba una duda. En 1992, cuando la carrera salió de San Sebastián, la tercera etapa tuvo al Marie-Blanque y, más allá de un ataque con Indurain, Bugno, Chiapucchi y Mottet, no hubo mayor cosa. Desde entonces no se ponía un plato tan fuerte de inicio, si acaso una Planche des Belles Filles y ya. Este miércoles, con dos puertos fuera de categoría y poco tiempo para asimilar la carretera, hubo un asalto a la banca y se descubrieron dos cosas: que Pogacar no está tan bien, y que hay un tercero en discordia.
Se trata de Jai Hindley, el ganador del Giro de Italia 2022 que se llevó a su compañero del Bora y campeón de Alemania Emmanuel Buchmann en una fuga con mucha, mucha gente: también andaban Marc Soler, Wout van Aert con Christophe Laporte, Mads Pedersen junto con Giulio Ciccone, Julian Alapihlippe y Daniel Felipe Martínez. Rápidamente hicieron buen terreno y el Emirates empezó a perseguir, reventando a sus “trotones”.
Resultado: en el ascenso al Soudet, van Aert volvió a ser el monstruo del año pasado. Junto a Victor Campenaerts (Lotto-Dstny), el campeón belga hizo diferencias en la primera montaña y rompió el grupo de fugados. Solo cuando iban a coronar, un joven Felix Gall saltó por los puntos de la montaña, y detrás Dani Martínez pasó segundo, superando a un Ciccone que quería cosas grandes con el Lidl-Trek.
Van Aert mantuvo la presión en los 30 kilómetros hasta Marie-Blanque, mientras atrás el equipo de Pogacar quemó su gente, sin dar un relevo a otros equipos que podrían tener interés en reducir la fuga. Hindley aprovechó el trabajo del Jumbo y se fue en las primeras rampas del coloso del día, mientras que el belga por fin cedió pero tuvo hasta para tirar un rato del grupo en el que su jefe, Vingegaard, trataba de diezmar a los favoritos.
Y sí que lo lograron: corredores como Egan Bernal y Romain Bardet se cortaron, y a menos de dos kilómetros de la cima, Pogacar quedó junto con Vingegaard y su compañero Sepp Kuss. El danés decidió probar las piernas del esloveno, abrió un hueco y cuando cruzó la cima, ya le llevaba más de 30 segundos de ventaja. Primer round para el vigente campeón del Tour.
¿Nocaut? Tal vez este jueves, con Tourmalet a bordo, aparezca el Pogacar imbatible de 2021. O tal vez el Jumbo vuelva a intentar la misma estrategia, poner a trabajar a los van Aert y Kuss, y sacar aún más ventaja. Sí quedaron muchos rastros en el camino, especialmente en el caso de un Egan Bernal que perdió 3:22 y va en el puesto 20 de la general. Pero Hindley también sube maravillosamente sus acciones en su debut en el Tour, y en el que aprovechó brillantemente la tensión para ser el tercero en discordia.
Una frase tradicional del ciclismo dice que, cuando un corredor busca desde el primer día las bonificaciones, es porque no se ve tan fuerte y busca hacer colchón. Pogacar trató de hacer colchón en los primeros días con un tercer puesto aquí, una cima bonificada allá, pero el primer gran golpe lo da Jonas Vingegaard sacando 57 segundos en la primera etapa que sube.
En este Tour con Puy de Dome, Alpes, Jura y solo 22 kilómetros de contrarreloj, hay mucho terreno para que se vean las flaquezas. No nos olvidemos que Tadej viene como campeón de Eslovenia, pero fue la única carrera que corrió desde su fractura de muñeca en la Lieja…
Adenda. La Fórmula 1 va a tener que revisar sus normas sobre límites de pista después del Gran Premio de Austria. En 1420 vueltas disputadas hubo 1200 denuncias de pilotos que se salieron, en especial en las curvas 9 y 10 del Red Bull Ring. O hacen cambios al circuito o a la normativa, porque eso no pasa ni en el juego de Fórmula 1.
- El ciclismo fuera del Tour - 26 de julio de 2023
- ¿Vingegaard hizo un Landis? - 18 de julio de 2023
- Pequeños mordiscos para atacar el gran plato - 17 de julio de 2023