Un auténtico cisma vive el fútbol europeo luego del cruce de comunicados y de intenciones. Explicamos lo que sucede:
Los ricos quieren ser más ricos, tener más y mejor nivel competitivo, no era ningún secreto. Las conversaciones dieron frutos y la Superliga nació este domingo, fundada por Real Madrid, Manchester United, Juventus, Barcelona, Liverpool, Atlético de Madrid, Arsenal, Tottenham, Manchester City, Chelsea, Inter y AC Milan.
Sin embargo, la UEFA intentó evitar lo inevitable con un enérgico comunicado conjunto con LaLiga, la Premier League, la Serie A y las federaciones nacionales de España, Italia e Inglaterra, horas antes del anuncio oficial del torneo, advirtiendo del veto inmediato a los clubes que tomaran parte de una posible Superliga, tanto a nivel continental como local, y asimismo a los futbolistas de los clubes de tomar parte de torneos internacionales con sus selecciones.
En la medianoche europea, no tardó la FIFA en emitir un comunicado de urgencia, anunciando su desaprobación a una «liga separatista» por fuera de las estructuras, y pidiendo a las partes a que haya un diálogo «tranquilo, constructivo y equilibrado» por el bien del fútbol.
Los porqués de la Superliga
El origen está en los controles de la UEFA relacionados con el fair-play financiero y con el reglamento de fichajes, que están aproximando al fútbol europeo de clubes a un modelo similar al de las ligas estadounidenses donde están impuestos unos topes salariales.
Sin embargo, la oposición es férrea, y la idea original del torneo naciente es de Florentino Pérez, recientemente reelecto y sin oposición como presidente del Real Madrid. La idea es que los 12 clubes fundadores nunca desciendan de esta Superliga, por lo que aún esperan tres clubes más, esperando que se unan al tren colosos deportivos y económicos como Paris Saint-Germain, Bayern Múnich y Borussia Dortmund.
Detrás de la idea están los clubes de poder, dinero y espectáculo, y eso se evidencia en su estructura con Florentino Pérez como presidente, y sus vicepresidentes Andrea Agnelli (presidente de Juventus) y Joel Glazer (propietario del Manchester United, y de los Tampa Bay Buccaneers de la NFL).
El primer intento de UEFA para ‘atajar’ esta iniciativa ‘separatista’ fue brindarles cuatro cupos directos en la Fase de Grupos de la UEFA Champions League a los clubes provenientes de LaLiga, Premier League, Serie A y Bundesliga a partir de la temporada 2018-19, y repartiendo los cupos para el resto de ligas a partir de los Coeficientes UEFA (existentes desde 2009).
La Superliga usa la pandemia de COVID-19 y sus efectos económicos como argumento para crear el torneo al evidenciar la necesidad de aumentar el fondo de solidaridad (que hoy asciende a 1.000 millones de euros por parte de UEFA), que claramente al disputarse entre semana enterraría a la UEFA Champions League, torneo que esta semana anunció sus cambios bajo un formato que es difícil de comprender para muchos, pero que está pensado en una democratización de los cupos (y de los ingresos) al contar con 36 equipos y un formato de liga, muy diferente al actual.
Sin embargo, hay dos puntos de quiebre en medio de las amenazas de UEFA, en las que se rumora la exclusión inmediata de los equipos que toman parte de la Superliga de sus torneos actuales, lo que dejaría al Paris Saint-Germain como campeón ‘por escritorio’ de la UEFA Champions League, y una final entre AS Roma y Villarreal para definir la UEFA Europa League.
Lo primero son los futbolistas, ya que hace falta el pronunciamiento de ellos, no en redes sociales, sino a través de FIFPro sobre la iniciativa, ya que si bien puede ser provechosa para algunos equipos que siempre tendrán alto nivel competitivo, puede ser perjudicial y al final desequilibrada para muchos, sumado a la posibilidad de veto de las selecciones nacionales por parte de UEFA, y hasta de la misma Copa Mundial de la FIFA.
Lo segundo, y lo más importante, el dinero. Según el diario El País de España, son 4.000 millones de euros por derechos de televisión lo que está en juego, cuyo control fue planteado por la ECA (Asociación de Clubes Europeos, por su sigla oficial en inglés), como argumento para las negociaciones del trienio 2024-2027 de la UEFA Champions League.
Un antecedente en el baloncesto
En la actualidad existe un caso de éxito de «separación deportiva», lo cual ocurre en el baloncesto con la Euroliga, existente desde el año 2000 con clubes de hasta 10 países, donde hay 11 equipos que son licenciados y que nunca descienden (así como los 12 fundadores de la Superliga), dos campeones y 5 invitados, dos por varios años y tres por un año. Allí juegan clubes como Real Madrid, Barcelona, Olimpia Milano, CSKA, Panathinaikos y Olimpiakos, entre otros.
Al respecto, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) creó en 2016 la Basketball Champions League con la idea de competir y en un futuro reemplazar a la Euroliga, siendo el torneo donde participan 24 equipos, pero donde la clasificación es deportiva, y en la misma no participan los clubes de la Euroliga. En la actualidad ambos torneos existen paralelamente.
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