“Oh Gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal”. Las letras del himno nacional fueron coreadas una y otra vez en San Salvador, pues de nuevo Colombia fue protagonista a nivel internacional. Esta vez, los Juegos Centroamericanos y del Caribe se convirtieron en el escenario preciso para que la delegación ‘Cafetera’ lograra mostrar una participación muy destacada en lo individual y en lo colectivo, y ratificar que, aunque faltan varios peldaños por escalar en el proceso, ya es una realidad el ser parte de las grandes potencias deportivas.
Los deportes ‘bandera’ no fallaron, y en disciplinas como la natación, el ciclismo y el atletismo se consiguieron múltiples medallas; el tiro con arco tampoco se quedó atrás y se mostró contundencia con la flecha, mientras que, en el bowling mostró la jerarquía que es habitual, pero desconocida por el público en la mayoría de ocasiones.
Ahora bien, en modalidades como el ajedrez, el salto ecuestre y el fútbol playa, nuestros representantes supieron sorprender a todos sus seguidores con triunfos que no figuraban en las planillas. Y claro está que en este mundo de competencias siempre habrá alguna sorpresa, pues nada está escrito, pero más allá de cómo se haya labrado el camino al triunfo, importa el éxito que se ha alcanzado poco a poco en espacios que parecen inéditos, y en escenarios silenciosos en donde el apoyo del público puede escasear por la misma falta de visibilidad entre lo mediático y lo que es atractivo para mostrar.
En total fueron 244 preseas y un admirable segundo lugar entre 29 países participantes, todo para demostrar que en Colombia sí vale la pena invertir en el deporte; pero no solo a nivel económico, sino en infraestructuras, garantías para ellos, leyes, beneficios y protecciones que le permitan a los deportistas triunfar en sus respectivos espacios. También es fundamental el acompañamiento psicólogo, que juega un papel trascendental a nivel competitivo; y la presencia de las federaciones para que sea integral y motivador, el crecimiento deportivo.
Y es que, cuando las cosas se hacen bien, los resultados tarde o temprano son notorios. En el caso de Colombia, tantos años de trabajo en conjunto, han hecho posible que el sueño de estos competidores se hiciese realidad en algún punto de sus vidas. Pero como no todo puede ser perfecto, aún faltan muchos otros escalones para estar en la cima, sin embargo, la proyección de estas grandes figuras del deporte, permite tener un panorama alentador de cara a cualquier torneo que se avecine. Igualmente, y como es habitual en estos espacios de opinión, el llamado es para los amantes del deporte, para que el acompañamiento sea masivo, en cada torneo; y para que no solo sea fútbol o ciclismo de lo que se hable, sino que entendamos que por el sacrificio y la lucha, la preparación y la constancia de cada uno de ellos, todos merecen celebrar ¡la victoria al unísono!
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