La Tribuna de Bencho: Si yo fuera Maradona…

El 25 de noviembre de 2020 será recordado como el día en el que el mundo futbolero se detuvo. La muerte de Diego Armando Maradona se convierte en un suceso que además de señalar un antes y un después en el contexto de este deporte, genera opiniones de temas que van más allá de la cancha.

Intentar resumir en un texto breve todo lo que representó Diego Maradona, además de ser pretencioso, se convierte en una tarea imposible. Es tal su relevancia, que hablar de fútbol, de los ochentas, de Argentina, de Nápoles, de Boca Juniors, de las Malvinas, entre muchos temas, sin hablar de Maradona es imposible.

No faltaron durante el día en las redes sociales muchos ˈhatersˈ que solo salieron a descalificar al humano, a insultar y mofarse del resto por sobreactuarse con la partida de Diego, por que era adicto, por ser mujeriego, por sus escándalos y hasta por sus preferencias políticas. Una actitud que parte desde la doble moral de personas que tampoco son perfectas y que adicional tampoco han hecho mucho por sus vidas.

¿Diego tenia defectos? ¡Claro que sí! Y quizás algunos gigantes e injustificables. Pero es justamente esas cosas lo que más lo acercan al aficionado. Maradona nunca fue el clásico ídolo que se ve lejano, inalcanzable, fabricado por prestigiosas marcas para recibir premios a dedo o que haya sido protegido por los medios con el afán de cuidar los bolsillos de inversionistas.

Maradona era del pueblo, era el ídolo de la gente, ese que sentía, vivía, celebraba efusivamente, se equivocaba estrepitosamente pero luego sacaba fuerzas para levantarse y triunfar. Así como usted que está leyendo esto y yo que lo escribí. ¿La sociedad lo juzgó?, claramente así fue. ¿Lo seguirá juzgando?, seguramente. Pero eso nunca le importó realmente. El Diego era genuino.

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Sobra en este espacio hablar de sus estadísticas, de sus hazañas, de sus triunfos, de sus fracasos -que también los hubo- desde el punto de vista deportivo. Algunos habrán ganado más y tendrán mejores números, pero muy pocos en la historia han dejado un legado social y cultural.

Desde lograr que todo su país de forma simbólica se vengara en un campo de fútbol de una potencia mundial por una guerra, hasta que los habitantes del sur de Italia dejaran de sentirse olvidados para ser los dueños de Europa.

Varias generaciones crecieron viéndolo, admirándolo y gracias a las pinturas que Maradona pintó en la cancha, ellos se enamoraron del fútbol, algunos después se convirtieron en futbolistas, otros, aunque no lograron entrar a la cancha si se mantuvieron de una manera u otra enganchados al deporte.

Muchos niños gracias a su ejemplo de lucha dejaron atrás varias opciones de vida por seguir los mismos pasos de Diego, irónicamente el destino y las malas decisiones terminaron llevándolo a un vicio que seguramente gracias a su influencia logró evitar que otros cayeran.

Sobre el eterno debate, ¿Quién es el mejor futbolista de la historia? O incluso ¿Cuál es el mejor futbolista argentino de todos los tiempos?, es algo que no tendrá respuesta, por las diferencias de épocas y gustos. Sin embargo, si puede asegurarse que Diego Armando Maradona si es el futbolista más influyente y relevante de todos los tiempos.

El fútbol de 2020 indudablemente tiene un espíritu completamente diferente al de cualquier otra época, desde la inmediatez de la información, la mal aplicación de la tecnología, la monetización, las influencias externas cada vez más intrusivas junto a la institucionalización y enfoque de negocio, le quitaron la esencia al deporte y lo enajenaron.

Nada es como antes, y de forma circunstancial falleció justamente en el mismo año, el símbolo del fútbol de “potrero”, del salir a jugar bonito, pero también entregarse, del que ponía al talento por encima del biotipo, del que se enfocaba más en llevar emociones al aficionado que en romper récords. En 2020 murió Diego Armando Maradona y junto a él ese espíritu de fútbol clásico.

No sólo el deporte está de luto. Gran parte de la cultura e idiosincrasia de los latinos que vivimos el cambio de siglo se va con Diego. La leyenda que vivió y sintió con la misma pasión que lo hacemos los que somos pueblo y amamos el fútbol. ¡Nadie será como Maradona!

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Rubén Casas

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