La novela de los buenos y los malos

A pocas horas para que acabe el ‘todos contra todos’ en la primera edición de la Liga BetPlay Dimayor 2023, aún son siete los equipos que están buscando la clasificación desde el aspecto matemático, pero que en lo deportivo solo reflejan la realidad de un fútbol intermitente en el rendimiento.  

Lo cierto en este nuevo torneo que nos presenta el FPC se mantiene la constante de cada año, un fútbol sin proyección, sin visiones a largo plazo y sin el planteamiento de proyectos deportivos pensados en lo exitoso. Todo es pensado en el ya, en el ahora; los equipos buscan fortalecerse para levantar la copa después de cinco meses de competencia, pero no creyendo en recorrer un camino extenso, porque además la rapidez del calendario obliga a una seguidilla de partidos.

Y en esta dinámica de “alto rendimiento”, los más afectados son los entrenadores, cuyo trabajo debe dar resultados prácticamente inmediatos y sin margen de error para poder mantener su continuidad en el cargo. Es así como temporada tras temporada se normaliza que se “descabecen” a cierto número de directores técnicos, como en esta liga que ya son 6 los relegados; Harold Rivera, David González, Hernán Torres, Raúl Armando, Arturo Reyes y Diego Corredor son los nombres que se unen a la extensa lista que se va llenando en el balompié colombiano, pero que evidencia la falta de procesos.

Ahora bien, no solo se debe crucificar al timonel cuando la fundamentación de los hombres en cancha no es la óptima, cuando las condiciones de las gramillas no son las más efectivas e incluso se presentan por situaciones extradeportivas. Tampoco se debe dejar de lado el calendario de juego y la saturación competitiva para algunas escuadras cuando disputan más de un solo torneo; y mucho menos a esos directivos que encuentran su lucro con el dinero de los equipos; y ni hablar de los casos de indisciplina que recortan a la mitad las plantillas.

Se puede decir entonces que esta es solo una de las fallas que se encuentran en un torneo que busca ser vistoso, pero que en las estadísticas figura como uno de los menos atractivos a nivel continental. ¿Qué se está haciendo mal? La respuesta exacta no existe, pero sí hay una gran reflexión y es que la falta de pertenencia es la que genera un aparente sinfín de capítulos en esta novela de los buenos y los malos.

Alejandra Velásquez
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