Culminada la celebración del 31 de diciembre, los besos, los abrazos y la nostalgia, se pasa la página y llega un nuevo año, el flamante 2024; muy expectante para todos los amantes del deporte y más aún con lo que significó el reciente año en materia de logros para nuestro país. Todos contentos con lo hecho por nuestras selecciones de fútbol, rugby, baloncesto, y atravesando por el mejor ciclo olímpico de la historia, ¿qué podría salir mal?
Y es así como llegó el primer sacudón del año (no, no estamos hablando del terremoto en Japón) cuando el comité organizador de los Juegos Panamericanos tomó la decisión irrevocable de retirar a Barranquilla como sede del importante y tradicional evento continental que se realizaría en 2027.
El anuncio de ‘Panam Sports’ generó desconcierto y preocupación en el gremio del deporte, y no es para menos, pues el flashback de ser el país que rechaza ser sede de un evento o al que le quitan el ser anfitrión de otros de ellos, parece ser, más bien, un episodio más en la normalidad colombiana.
Con todo esto, la página 3 de 366 no fue la mejor y no solo por lo que se pierde a nivel deportivo, sino cultural, económico, de turismo y de desarrollo en un país que dice apoyar los procesos de los deportistas y para deportistas, pero que a su vez deja muchos vacíos en la construcción de las bases para un crecimiento integral de los mismos.
La pregunta del millón también es “¿a quién se le adjudica la culpa de esto?” porque los directivos de las entidades implicadas y los gobernantes a cargo del tema llegaron a la conclusión de que “la plata estaba, solo que no se pudo hacer el pago” (de una prórroga que habían pedido, de casi dos meses, para un dinero que debió desembolsarse en diciembre). Como siempre, ahí quedaron plasmados la pachanga y el folclore nacional; que en plenas festividades dejaron pasar una fecha puntual para este proceso.
Lo que viene es volver a pedir que se abra el plazo para cancelar la deuda, que esta vez no se les va a olvidar, y que por favor disculpen, que solo fueron 3 días de atraso. Y más allá de si se consigue el espacio para pagar, después de ser irreversible según el comunicado, la huella de desorden de cómo se llevan los procesos en este país, queda aún más marcada; o si no, para no irnos tan lejos, vámonos a la Liga Femenina de Fútbol y su incertidumbre para llevarse a cabo año tras año. En fin, esperemos que el sacudón haya sido suficiente para que no se vuelvan a presentar hechos bochornosos en los que debamos ir a llorar al ‘mono de la pila’ y en el que, así sea un año nuevo, todo tenga el mismo tinte de siempre.
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