N.del R. El uso de los nombres de las casas de apuestas y el propósito de este texto no son comerciales.
El deporte con más seguidores y más llamativo vive una avalancha de pauta por parte de las casas de apuestas.
En 2007 fue toda una novedad ver la camiseta del Real Madrid patrocinada por Bwin, la principal casa de apuestas de Europa en ese momento. Hoy, 14 años más tarde, proliferan las casas de apuestas no solo en Europa sino en el mundo como principal patrocinador del fútbol.
Aún no se ha llegado al punto que alguna de estas empresas patrocine directamente a entidades como UEFA o FIFA, pero ya ocurre con la Copa América de Conmebol que es auspiciada por Bettson. En Italia la Serie A es patrocinada por 1Xbet, la Superliga Turca por SporTotto, la Liga Pro de Ecuador por BetCris y en Colombia la Liga Dimayor por Betplay, por citar algunos ejemplos.
Aunque muchos se sonrojaron en su momento con la llegada de Betplay en el fútbol colombiano, hoy inclusive callan por cuenta del patrocinio recibido de estas casas, a lo cual no se ve como algo malo, pero sin duda ha de ser un negocio de mucho lucro. Betplay, Rushbet, W Play, Codere y Zamba son solo cinco de los 12 operadores autorizados para funcionar en Colombia según Coljuegos. En España, actualmente funcionan 50.
Estas marcas invaden todo, las camisetas, las vallas, los intermedios de los partidos, llegando incluso a saturar al televidente con los riesgos que eso conlleva, en materia de la sobreexposición publicitaria y la adicción al juego. Sin embargo, se entiende que existen controles por parte del Estado como la reciente sanción a Rappi por generar apuestas ilegales, mas no hay un resultado frente a los intereses ‘debajo de la mesa’, es decir, la intervención de terceros en los resultados deportivos por medio de apuestas.
En Colombia no se ha podido comprobar, aunque suena como secreto a voces en el mundo del fútbol, la existencia de una mafia de apostadores, lo cual no es extraño en otras latitudes donde ha habido sanciones como el famoso caso del Totonero que generó la inhabilitación de Paolo Rossi dos años antes del Mundial de España 1982, y más recientemente al futbolista inglés Kieran Trippier. No sobra recordar que el asesinato de Andrés Escobar en 1994 fue por parte de una mafia de apostadores.
Cabe subrayar y aclarar que las mafias de apostadores no tienen relación con las casas de apuestas legalmente constituidas y autorizadas por Coljuegos, pero sí genera inquietud el crecimiento exponencial de este negocio que en Colombia fue autorizado en 2016.
Aunque generan mucho dinero para la salud y los clubes e instituciones deportivas por la ruta del patrocinio, el lado A de las apuestas está controlado en teoría, pero desatado en materia publicitaria. Actualmente, las apuestas deportivas generan un 70% de los ingresos de la industria de los juegos de suerte y azar en América Latina según datos revelados por El Tiempo en abril de 2021.
Tendremos por mucho tiempo a las casas de apuestas como principal soporte de la industria del fútbol, que al igual que muchas intenta salir de la crisis generada por la pandemia, que en el caso de los más poderosos lo que ha hecho es reducir sus multimillonarios ingresos mas no generar un riesgo real de desaparición como lo indicó en su momento Florentino Pérez al justificar la creación de la Superliga.
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