Un espectáculo sin un espectador que lo contemple es como un libro sin publicar. La apreciación de quien asiste a un evento se vuelve parte de este, y con la masificación de la virtualidad y la facilidad de opinar en una red social, el alcance de cualquier presentación está delimitado solo por barreras culturales, gustos y la cobertura de internet.
Las dificultades de ver el FPC desde la comodidad de la casa, producto de la mercantilización del sentimiento del hincha – tema que hemos tratado en columnas anteriores-, junto a la tradición de acompañar al equipo a donde vaya y el mismo hecho de la afición al lado del campo como parte indispensable para que el deporte sea una experiencia total, logran que la virtualidad no reemplace en su totalidad la relación entre un juego y los aficionados.
Lo anterior aviva un debate que no es nuevo. ¿Es más hincha el que va al estadio o el que sigue a su equipo en la TV o algún otro medio? Puede que los más puristas te hablen del aguante y del alentar, de saltar en las gradas, bravear en la tribuna y hasta pisar el césped, aunque muchas veces no tengan ni idea si van ganando o perdiendo un partido.
Mientras, muchos aficionados -especialmente de los equipos con más seguidores-, no tienen la oportunidad de seguir a su equipo por todos los rincones de Colombia. El factor económico aparece como razón principal, adicional a nuevos retos como el calendario -la programación de fechas para favorecer a quien transmite los partidos hace casi imposible que alguien con obligaciones y una rutina estándar pueda ir con mucha frecuencia al estadio- y viejos enemigos como la inseguridad adentro o afuera de los escenarios y hasta el clima, el tráfico o las migraciones afectan la asistencia. Aunque muchos dirán que no hay excusas para no acompañar.
Este debate lleva décadas, pero se unió un nuevo tipo de hincha la discusión. Apareció un nuevo tipo de aficionado que levanta ampolla a los otros tipos de fanáticos– tanto al espectador que va al estadio en cada fecha, como al que desde su casa ha estudiado hasta el detalle más irrelevante pero anecdótico de su club- el hincha influencer.
Cada vez es más común ver a personas que solo van a la tribuna menos popular, siempre con la camiseta original de la última temporada, muy rigurosa subiendo contenido en sus redes, únicamente en los partidos más importantes. No tienen ni idea de lo que pasa en la cancha, ni fuera de ella. Adicional cuando están fuera de los escenarios, el aporte es inexistente o en caso de haberlo es irrelevante.
En algunos casos van más allá e intentan dar “cátedra”, haciéndose pasar por expertos. Recientemente en una red social me topé con un personaje que tenia su perfil plagado de imágenes y contenidos referentes a Diego Maradona, pero que afirmaba con soberbia que “El Diego” había ganado una Champions…
Dirían en otro contexto que alguien así es un “Poser”, y aunque podrían ser inofensivos, en momentos claves -como la Selección Colombia en la eliminatoria a Catar, por ejemplo- se les acusó de no apoyar a sus equipos y de no hacer bien su rol de presión en la tribuna.
Sin embargo, ellos argumentan que, si invierten en entradas y mercancía de los clubes, el cual es un aporte a la institución, además de la difusión en redes que también ayuda a la imagen, sentido de pertenencia y crear una mayor afición, que los mismos equipos ven como futuros ingresos. Tanto así que los equipos siempre aumentan su participación en redes sociales y se esmeran a veces en contratar Community Managers más precisos que los mismos delanteros de su nómina.
¿Cuál es el verdadero hincha? ¿Cuál es el tipo de aficionado que más le sirve a un club? Recordando a una gran amiga, el manual del hincha no existe y cada uno vive su experiencia como quiere y como puede. Dar mas valor a lo que se hace, demeritando a quien actúa de forma distinta es algo tan común, que raya en lo corriente.
Sin importar si uno sigue el equipo hasta en las prácticas, se conocen hasta a la primera nómina amateur del club o se postea en una red fotos con las camisetas originales del portero del equipo las ultimas 20 temporadas, nadie puede medir la pasión que se siente. Es demasiado pretencioso creer que se es dueño de la verdad y desacreditar al otro, sin embargo, este tipo de posturas pululan por todos los ambientes -físicos y virtuales-.
En la Tribuna de Bencho se escuchan todas las posturas, en el día a día interactúo con todo tipo de aficionados, qué a pesar de esas diferencias, coinciden en el sentimiento por este bello deporte. Cada quien ama a su manera, a la que le enseñaron o a la que aprendió, pero eso no hace que una sea mejor que la otra. Todo se resume en vivir y dejar vivir.
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