La Tribuna de Bencho: donde manda capitán…

El público de Old Trafford veía plácidamente como el Manchester United superaba a Tottenham, cuando a falta de un minuto para finalizar el tiempo reglamentario Cristiano Ronaldo abandonó el banquillo y se retiró al vestuario visiblemente enfadado.

El suceso no tardó en viralizarse y atrás quedó la buena actuación de los ‘Red Devils’ y los goles de Fred y Bruno Fernandes. La notable recuperación del Manchester que ya se encuentra quinto en la Premier después de un inicio desastroso quedó en un segundo plano.

Como si se tratase de una ‘Civil War’ del MCU, las redes sociales y varios medios deportivos se colocaron de un bando o de otro: “Team CR7” vs “Team Ten Hag”, ¿Quién tiene la razón? ¿La estrella lusitana o el estratega neerlandés?

Por un lado, los defensores de Cristiano hacen un llamado al respeto a los ídolos, después de todo Cristiano está lejos de ser cualquier aparecido en el club, CR7 tiene todos los pergaminos que lo sitúan como uno de los jugadores mas importantes de la historia del fútbol y es evidente que el jugador siente que el trato recibido por parte de Erik ten Hagen no corresponde con su legado. Mientras que los defensores del estratega ponen en la mesa lo obvio, la facultad de autoridad que tiene el Director Técnico hacia sus dirigidos, tema central de la tribuna de hoy.

Para dar cierre a la polémica en Inglaterra. Independiente de los motivos, la pataleta del portugués es una cachetada que iba dirigida al técnico, pero recala en las mejillas de sus compañeros, la afición de Manchester y una institución que le da todas las herramientas a su jugador. Por esto que no sea del grupo de convocados al próximo juego del United y la disculpa emitida por Cristiano en sus redes parecen apaciguar las aguas. Aunque el hecho no deja de ser llamativo, para un jugador que no es ningún novato y que ha estado bajo las ordenes de estrategas del nivel de Zinedine Zidane, Carlo Ancelotti, José Mourinho y el mismísimo Sir Alex Ferguson. Ahora, lo que realmente nos ocupa. ¿Estamos en una época de tiranía de los jugadores?

Cada vez que en algún equipo se filtra que existe una diferencia entre el técnico y sus dirigidos, de inmediato aparece la crisis de resultados, las defensas que eran inexpugnables se transforman en palitos de balso, los delanteros fallan incluso bajo el arco y el mediocampo queda con la misma capacidad creativa de guionista de serie gringa después de la octava temporada. Mágicamente los jugadores cambian de profesión transformándose en carpinteros expertos y la palabra ‘cajón’ aunque susurrada se escucha fuerte en todos los rincones del club.

A la final, nada se confirma, pero todos lo intuyen. Inicialmente el directivo apoya a su entrenador peor luego los bajos resultados hacen insostenible su permanencia, convirtiendo el espaldarazo en una patada 50 centímetros más abajo. Cosas que pasan acá y en cualquier parte del mundo, incluso en Quito…

En muchos casos la llegada de un nuevo entrenador mejora el rendimiento y como ‘escoba nueva barre bien’ empiezan nuevamente las cosas a funcionar. En otros, el daño causado es tan grande que ya no hay quien lleve la nave a buen puerto.

No hay puesto más desagradecido dentro del club de fútbol como la del técnico. Siempre que las cosas fallan, es la primera cabeza que corre riesgo de caer. Y es cierto, no se eximen responsabilidades, si el trabajo no está saliendo bien es el paso natural. Pero esto ha inclinado la balanza en su contra y haciendo que ‘los pájaros les tiren a las escopetas’, el concepto de autoridad se ha desvirtuado, más en un medio en el que es normal que el entrenador no devengue ni la mitad del salario de sus dirigidos.

Muchos vestuarios se han convertido en verdaderos escenarios de lucha de poderes sacados de cualquier historia de Westeros. Así el entrenador tome decisiones correctas, sí estas no son de agrado de algunos ‘capos’, de una vez inician las intrigas manchando cualquier traza de trabajo bien hecho. A la final, un barco no puede tener dos oficiales. En nuestro querido FPC podemos ver que hay mucha embarcación a punto de naufragar o encallada por este dilema. Por eso LaTribuna de Bencho les recuerda que Donde manda Capitán, no manda marinero. Nos vemos la próxima.

Rubén Casas

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