Foto: @Dimayor / VizzorImage

Dayro Moreno, ejemplo a no seguir, goleador en un continente sin goleadores

El 10 de marzo, Dayro Moreno llegó a su anotación 224 en el fútbol profesional colombiano, alcanzando la cifra de Sergio Galván Rey y convirtiéndose, con el argentino, en el mayor goleador histórico de este balompié, aunque, seguramente, seguirá y quedará solo con esa marca. Sin embargo, el atacante de Chicoral no es un ejemplo a seguir y se destaca en un país y continente que carecen de verdaderos goleadores, hace años.

Dividiré este escrito en dos partes, una para argumentar el porqué afirmo que, en Colombia y América, no hay verdaderos anotadores y, otra, para hablar sobre el motivo que me lleva a decir que Moreno no es un ejemplo a seguir.

América: Un continente sin goleadores.

Durante las últimas semanas, el tema de las anotaciones y los goleadores está de moda por la situación de Dayro Moreno y, ahora, su igualdad con Sergio Galván Rey como máximo artillero de la historia del balompié profesional colombiano. No obstante, nuestros atacantes no se caracterizan por ser verdaderos ‘killers’ y los números soportan esta afirmación.

Debo mencionar que, para esta nota, tomé todas las estadísticas del portal Transfermarkt, con el fin de tener una sola fuente y ser objetivo con los datos a exponer.

Durante su carrera, Dayro Moreno ha jugado 46.078 minutos, durante los cuales ha marcado 268 tantos para un promedio de un gol cada 172 minutos; es decir, un tanto cada 2 partidos, prácticamente. Actualmente, en la Liga 2024-I, ha marcado 7 veces en 11 juegos, uno de sus mejores promedios, al celebrar cada 141 minutos.

Marco Pérez, goleador de la liga nacional en 2023, por su parte, cuenta con 33.827 minutos y 155 tantos en su trayectoria, marca cada 218 minutos; Carlos Bacca lo hace cada 155 minutos (37.689 mins. vs. 244 goles) y, por no alargar mucho el listado, Falcao anota cada 130 minutos (39.751 mins. vs. 307 goles), aunque debemos reconocer que, en sus mejores épocas, su promedio era mucho menor.

No obstante, como mencioné antes, no somos país ni conteniente de goleadores, al menos en los últimos años. Comparémonos con los grandes referentes mundiales primero. Kylian Mbappé marca cada 98 minutos (27.288 mins. vs. 278 goles), Erling Haaland anota cada 87 minutos (18.800 mins. vs. 216 goles), Víctor Osimhen marca cada 138’ (15.200 mins. vs. 110 goles) y Robert Lewandowski celebra cada 111 minutos (62.465 mins. vs. 560 goles), siendo el polaco quien más juegos ha disputado y más goles ha conseguido de todos los mencionados.

Sin embargo, si vamos a ‘nuestro entorno’, los atacantes reflejan la afirmación del título de este escrito, en América, actualmente, no hay goleadores. Excepto Messi, que tiene un promedio de gol cada 101 minutos, los atacantes que juegan en América no se destacan por tener mejores resultados: En México, el goleador del Apertura 2023, Harold Preciado, anota cada 164 minutos; Pablo Vegetti y Michael Santos, máximos artilleros de Argentina en 2023, celebran cada 197 y 181 minutos, respectivamente; Ignacio Ramírez, máximo goleador en Uruguay en 2023, marca cada 136 minutos, y Paulinho, goleador del Brasileirao 2023, celebra cada 214 minutos.

Dayro Moreno no es un ejemplo a seguir.

En concepto de quien escribe, un futbolista debe ser un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones no sólo por lo que hace dentro de la cancha sino también fuera de ella. No puedo reconocer como un ‘ídolo’ o referente a alguien que, en sus ratos libres, está borracho y/o protagonizando escándalos públicos.

Creo que el mismo Dayro lo ha dicho, si hubiera sido más disciplinado podría haber llegado mucho más lejos, pero su disciplina y la falta de autoridad, guía y, justamente, disciplina que ha tenido de parte de hinchas, periodistas y directivos no lo han ayudado.

¿Por qué menciono a los hinchas? Porque ellos, como principales ejes del balompié, pues son quienes pagan las boletas para ver a sus equipos y jugadores, deben exigirles ese comportamiento acorde a la vida de deportistas a los futbolistas.

Dayro ha hecho sacar a técnicos de Once Caldas porque le han exigido respeto y disciplina, recordemos su ‘caso’ con Santiago Escobar; ha sido apoyado por la prensa caldense que, en muchos casos, hasta le celebra sus borracheras y las defiende sólo con el argumento que, en los partidos, hace goles, y los directivos, como en el ‘caso’ con el ‘Sachi’, le han acolitado sus pataletas, apoyándolo en contra de quienes han buscado ‘enderezar el rumbo’.

La mayoría de futbolistas, pese a que cometen errores y tienen sus problemas, saben llevar sus vidas acorde a lo que representa ser ‘figuras públicas’. No vayamos muy lejos: Sergio Galván Rey, quien ahora comparte el trono de mayor goleador del fútbol profesional colombiano con Moreno es un señor, en todo el sentido de la palabra ¿Por qué tenemos que justificar a los borrachos, machistas, personajes agresivos, groseros y demás que encontramos, a veces, en el deporte?

Un deportista puede tener su vida, sí; puede celebrar, sí; puede salir de copas, depende cómo, cuándo y dónde, sí; puede tener una vida relativamente normal, sí, pero también debe entender su rol, su situación como figura pública y que su posición es anhelada por miles de jóvenes que sueñan con llegar al deporte de primer nivel y, muchas veces, no entienden como, pese a ser disciplinados y dedicados, no lo alcanzan, mientras que otros, como Dayro, acaban siendo ídolos o referentes en un entorno permisivo.

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