Hoy quiero dejar de lado el aspecto crítico, para dedicar estas líneas a una de las mujeres que más ha luchado por el fútbol femenino en este país, y cuyo nombre quedó grabado en la historia, pues formó parte de esa metamorfosis por los derechos de las jugadoras, y además aportó sus goles y su alegría al proceso tricolor que nos llevó a conseguir un título… el TAN ANHELADO TÍTULO DE 2019.
Hay muchas palabras para definir a Isabella Echeverri, la histórica e icónica volante de nuestra selección, pero una de ellas es… magia. Y es que cuando Isa toca el balón, crece el mediocampo, crecen las ideas y crece el ímpetu de ir a buscar el gol; así lo demostró durante su paso por la categoría Sub-20 de la tricolor, y en las tres temporadas con el equipo absoluto.
Esa jugadora referente a la que le envían los balones, la de la zurda mágica y de la sonrisa desbordante en el terreno de juego, que aun con una derrota inminente, muestra actitud triunfadora; así es esta antioqueña que puso un toque especial para que la Selección Colombia de la que nadie hablaba, la que era sombría ante la sociedad, pudiese lograr hazañas históricas.
La antioqueña que nunca se quedó callada, aunque la quisieran silenciar; a la que borraron completamente de cualquier convocatoria por defender a sus compañeras; la que arriesgó sus sueños por mostrar una realidad; y la que fue resiliente ante las múltiples lesiones, dijo adiós al fútbol profesional después de una exitosa carrera deportiva.
Isa logró llegar a Copa América y a la Copa del Mundo con el combinado nacional; también fue fundamental para la obtención de la medalla de oro en los Panamericanos de 2019, y aunque le faltó jugar en la liga colombiana, su fútbol deleitó a espectadores de Estados Unidos, México y España.
Hoy, solo queda agradecer por estos años en los que nos permitió disfrutar de su ‘jogo bonito’, que hizo soñar a miles de niñas con que sí se puede ser mujer y deportista en este país. Igual, este será solo un “hasta pronto” porque sé que tendremos a Isabella Echeverri para rato, engrandeciendo al fútbol femenino con sus ideas y ejemplificando que la pasión vale más cualquier adversidad en una carrera llena de triunfos. ¡Gracias Isa! Gracias por ser una guerrera dentro y fuera de la cancha y por demostrarnos que el miedo no debe existir, que los hechos también hablan y sobre todo, por ser inspiración para todos aquellos que quieran hablar de grandeza.
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