La Tribuna de Bencho: El ‘Ciclón’ baja de categoría

Solo unos meses duró la alegría para la afición samaria. Decisiones erradas y un mal remate en el Torneo Finalización, condenaron al Unión Magdalena a su pronto regreso a la segunda división del FPC.

Por: Rubén Casas – @Benchobohemio en Twitter

Para los seguidores más tradicionalistas del fútbol colombiano, la noticia del regreso a la máxima categoría del Unión Magdalena y el Cúcuta Deportivo para afrontar la temporada de 2019, era un verdadero bálsamo de historia, dos ciudades que en épocas de antaño vieron a jugadores legendarios enfrentar o portar la camiseta del club de sus amores, volverían a tener en sus canchas fútbol de primera división.

Más allá de la nostalgia, la constante irregularidad del rendimiento de todos los clubes del torneo y un sistema de descenso desigual, fueron factores que empezaban a jugar en contra de los intereses de estos equipos. Aunque el Cúcuta logró estabilizarse y mantener su categoría – incluso logrando una puntuación que lo deja tranquilo para la temporada 2020-, el Unión después de varios tumbos en el transcurso del año terminó despidiéndose de la A.

El desarrollo del Torneo Apertura no fue un camino de rosas, se mantuvo en la mitad de la tabla y solo en la ultima fecha del “Todos contra Todos” logró clasificarse para las finales, gracias a un triunfo por la mínima diferencia frente al Once Caldas en el Estadio Sierra Nevada. Quienes soñaron que en cuadrangulares el nivel del equipo iba a levantar, se equivocaron.

Solo un punto -empate en casa frente a Millonarios- en seis juegos disputados, sumado a la sorpresiva eliminación en Copa Colombia a manos del Real San Andrés, causó que los directivos tomaran una decisión que hoy deben estar lamentando. Despidieron al técnico que los ascendió después de 13 años, acabando con el proceso de Harold Rivera.

Para el segundo semestre la dirigencia del Unión – el cual también tuvo un cambio en la presidencia del club- se decantó por Pedro Sarmiento como remplazante en el banquillo, un entrenador que llevaba tres años sin dirigir y que además de estar alejado de la actividad contaba con un estilo y filosofía muy diferentes al ADN del fútbol del Ciclón. Ocho puntos en once partidos demostraron de forma categórica, el error garrafal cometido por los directivos y la renuncia de Sarmiento hizo evidente que el barco estaba naufragando.

Carlos “Paradita” Silva llegaba para intentar salvar al equipo de esa “muerte anunciada”. Al mando de Silva solo obtuvieron seis puntos en nueve encuentros, sentenciando la suerte del equipo de Santa Marta, era notorio que el entrenador no tenía la experiencia suficiente para transmitir a su plantel la tranquilidad que necesitaba en un momento crítico.

El nivel del equipo no pudo ser peor, incluso en su ultimo partido de local se dejan remontar en tiempo agregado con el Atlético Bucaramanga, este resultado fue un golpe devastador para el equipo y sus hinchas. En la última fecha, el Once Caldas se convirtió en el verdugo que le expidió el tiquete de regreso al Unión Magdalena al Torneo Aguila.

Los desaciertos administrativos al final se reflejaron en la cancha, Unión Magdalena tanto como equipo como institución se mostró errático y Santa Marta estaba lejos del ser el legendario fortín que muchos de los equipos del FPC hace décadas calificaban como inexpugnable.

La hinchada, más allá del descenso se siente dolida por un plantel que falló en los momentos más importantes, la falta de nivel en unos casos y falta de actitud en otras, causaron ese divorcio con la afición que hoy pide una renovación total. Los pocos jugadores que a los fanáticos les gustaría que continuaran, difícilmente lo hagan dado el descenso del club.

Sin embargo, el verdadero malestar de la afición samaria es con los dueños del plantel, quienes terminaron causando con sus decisiones el descenso de categoría, justamente por administrar al equipo como si fuera un equipo aficionado. Si te comportas como equipo de segunda, inevitablemente vas a terminar en segunda.

Para nosotros, los nostálgicos de los equipos tradicionales, tendremos que resignarnos a que muchos de estos clubes -como el Unión- tienen su lugar bien ganado en la B y que más allá de un nombre, el futbol colombiano y el torneo necesita de instituciones estables y no me refiero únicamente al aspecto deportivo.

Por el lado del Unión, esperemos que no vuelvan a pasar nuevamente 13 años o más para recuperar el sitio que justificadamente perdió. La Tribuna de Bencho los espera con brazos abiertos. ¡Vamos Ciclón!

José Gabriel Celis

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