La cara bonita de la moneda

Todos los días del año, o la mayor parte, hay algún deportista colombiano compitiendo a nivel global no solo por lograr alguna marca personal sino por dejar en lo más alto el nombre de nuestro país, ese país que durante muchos años ha sido protagonista por la violencia, y que, aunque no deja de lado los fantasmas de la historia, el rumbo sí parece ser diferente, pues ahora se habla de Colombia como una de las potencias continentales e internacionales a nivel deportivo.

En competencia colectiva, en dúos o en lo individual; en modalidades de contacto o de precisión; en aquellos conocidos como los deportes “bandera” a nivel nacional; e incluso en aquellos en los que parecía casi imposible lograr algo: La realidad de hoy muestra el esfuerzo de mujeres, hombres, niños y veteranos que luchan contra cualquier adversidad para ser campeones, para ser primeros y para que el nombre de esta nación sea conocido en todos los rincones del planeta.

Hoy conocemos los diferentes procesos que permiten una evolución temporal para, con cifras y argumentos contundentes, ratificar que la tierrita cafetera es uno de los países más competitivos del mundo. Se ha visto en diferentes competiciones, Juegos Mundiales, Panamericanos, Regionales, Bolivarianos, Centroamericanos.y del Caribe, entre otros, en los que las múltiples medallas se han hecho presentes, y de manera más reciente lo alcanzado en los Juegos Sudamericanos de Asunción, Paraguay, que finalizaron el pasado sábado obteniendo el segundo lugar con un total de 255 preseas.

Tras 15 días de competencia, y enfrentándose a rivales de 13 países diferentes, llegaron las victorias de la delegación colombiana en ciclismo, natación, patinaje, halterofilia, que como se dice popularmente “no fallan” a la hora de darnos alegrías; pero aparecieron otros como el esquí náutico, la vela, el canotaje y el golf que también permitieron que las notas del himno nacional sonaran en los parlantes del sur del continente, una linda muestra para todos los amantes del deporte.

Y es que, a dos meses de jugarse la Copa Mundial de Fútbol de Mayores en la que el combinado nacional no tendrá participación, la reflexión se da por sí misma. En resumidas cuentas, no vale la pena “llorar sobre la leche derramada” o, “esperar cuatro años para volver a ver a nuestros representantes”, porque de forma más cautelosa, menos mediática, pero igual de importante, hay cientos de personajes que sí están haciendo la tarea, que están en lo más alto del podio y que pueden decir “Colombia campeón”, convirtiéndose en la cara bonita de la moneda.

Alejandra Velásquez
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