Chapecoense coquetea con el descenso y esta vez no hay solidaridad

A pocos días de cumplirse tres años de su tragedia aérea, el club de Chapecó corre riesgo de irse del Brasileirao.

Por: José Gabriel Celis @josegacel[email protected]

Hace pocos días en Colombia se recordó a Chapecoense, pero no por la cercanía del tercer aniversario de su tragedia (28 de noviembre), sino por la insólita petición de un panelista deportivo de darle la Final de Copa Libertadores a Medellín como moneda de pago porque Atlético Nacional le dio la Copa Sudamericana 2016 a Chapecoense.

El momento actual de Chapecoense poco o nada es mencionado por los medios colombianos. El club de Santa Catarina se encuentra penúltimo con 22 puntos, a 13 de salir de la zona de descenso con seis fechas (18 puntos) por jugarse en el Brasileirao.

Aunque Chapecoense conserva la ilusión de mantener la categoría por sus hinchas y el recuerdo de los 71 fallecidos en el Cerro Gordo de Antioquia (renombrado como Cerro Chapecoense en homenaje póstumo a las víctimas), la realidad dista de una posible salvación.

La campaña en la Arena Condá ha sido terrible: dos victorias, cinco empates y nueve derrotas. Muy difícil para un club tener una buena temporada sin ser fuerte como local. De visitante ha ganado dos, empatado cinco y perdido nueve. Total de 25 goles a favor y 48 en contra.

El sueño de gloria inspirado en el 2016 se transformó en una pesadilla de afrontar la lucha por no descender y con seis finales al frente nada sencillas: Ceará (L), Avaí (V), Botafogo (L), Santos (V) y CSA (L). Prácticamente hay que ganarlo todo.

Es parte de la condición humana dejar atrás las tragedias, pero es parte de la condición del fútbol de dejar futbolistas y clubes a su suerte tras un momento difícil. Jamás fue cierto que Chapecoense tuviera tres años garantizados sin descender por la Confederación Brasileña de Fútbol, pero irónicamente tres años después la posibilidad de descender es inminente.

Nunca hubo jugadores cedidos por cero dólares de parte de los demás clubes ni mucho más que el show mediático en el Estadio Atanasio Girardot por parte de un Atlético Nacional y gobierno de Medellín solidarios, pero excesivamente protagonistas en lo que fue el fallecimiento de 71 personas en un accidente aéreo.

Capítulo aparte merecen las investigaciones del vuelo 2933 de Lamia que han arrojado poco. Como la vida sigue, mientras la azafata sobreviviente Ximena Suárez regresó a su trabajo, el periodista sobreviviente Rafael Henzel falleció de un infarto el pasado 26 de marzo.

El tiempo se acaba para el querido Chape, que puede estar descendiendo con varias fechas de anticipación, incluso coincidiendo con el tercer aniversario de su tragedia, recordando que el Brasileirao tendrá su fin el 7 de diciembre próximo.

Lo más triste de todo es que el nombre de Chapecoense no haya sido mencionado recientemente para solidaridad en su nueva crisis, esta vez deportiva, sino para ver cómo se le saca nuevamente provecho al dolor ajeno de una manera infame.

José Gabriel Celis

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